viernes, 5 de junio de 2009

sábado, 30 de mayo de 2009

Sin duda, el frío invierno terminará por irse... Tarde o temprano.
Entonces, la hierba asomará fresca y fuerte porque la nieve la habrá protegido y regado debidamente. Poco a poco, el río cobrará vida y las flores nacerán un año más. El sol brillará en el cielo y los pájaros cantarán alegres el comienzo de la primavera.
Es, en ese momento, cuando los que hibernamos para evitar que el frío hiele nuestro corazón y para que nuestro cuerpo no note la falta de alimentos, despertaremos. Tendremos mucha hambre y mucha sed, que deberemos aplacar en esta nueva época... Y aunque sabemos (de sobra lo sabemos) que el frío sigue ahí, esperando a la vuelta de la esquina para atacar de nuevo, viviremos; viviremos, sobre todo y a pesar de todo, porque es lo único que sabemos hacer.

jueves, 12 de marzo de 2009

Llegué a casa decidida a decírselo. Aquello no podía seguir así. No estaba bien: uno no puede dejar de hablar a su mejor amigo por una tontería… Y lo que había separado a mi Horacio de Toni era, sin lugar a dudas, una de las mayores sandeces por las que alguien puede enfadarse con otra persona. Pero, lo cierto, es que hacía dos semanas que no se hablaban y el humor de mi marido era cada día peor.
Cuando entré al salón le noté cabizbajo y ni siquiera contestó a mi saludo. Me senté a su lado y vi que había estado llorando. En sus manos sujetaba una foto de Toni.
Le abracé en silencio y él rompió a llorar.
-No te preocupes, cariño, –le dije susurrando.- Son cosas que se solucionan hablando.
Se separó de mí y me miró asombrado, con cara de incredulidad. Apartó la cara y siguió llorando.
-Sólo tienes que llamarle y disculparte, -insistí.-él te perdonará y también se disculpará por su parte de culpa.
Él negó con la cabeza.
-No, puedo… -acerté a distinguir que decía entre sus llantos.- Ya no puedo.
-¿Por qué?, hombre. No puedes ser tan orgulloso…
Siguió negando y me miró con los ojos inundados en lágrimas.
-Cielo, -me dijo con voz temblorosa.- Laura me ha llamado hace un cuarto de hora.
-¿Laura? ¿Para pedirte que hicieras las paces con Toni?
Una vez más movió la cabeza negativamente.
-Para decirme que Toni murió de madrugada.

domingo, 22 de febrero de 2009

Querida y callada cómplice:

Desde la primera vez que te vi, nívea, blanca como la luz del alba, supe que debía volcar en ti mis sentimientos; por muy íntimos y profundos, por muy superficiales y vanos, que pudieran ser o parecer.

Desde la primera vez que te toqué, con apenas un roce, y sentí tu suavidad de seda y satén, de tierno algodón, de sueño plácido, supe que eras lo que me faltaba, lo que necesitaba para que mis deseos se materializaran.

Desde que percibí tu sencillez y humildad, tan llana como eres, y, a pesar de ello (o quizá, precisamente por ello), tu grandeza, supe que eras ideal, que en ti me podría sentir reflejada.

Realmente, desde el primer instante, supe que juntas estaríamos más completas; que seríamos capaces de formar algo que, pensasen lo que pensasen los demás, sería mágico y que, desde luego, duraría mucho más que cualquier relación convencional. Nadie podría impedir nuestra unión... y nadie pudo.

Ya no importa que los demás lo desaprueben o lo vean absurdo. Da igual lo que piense la gente. Porque tú, querida mía, durarás muchos años, quizás siglos; tú serás la prueba de nuestro triunfo, y yo... yo habré plasmado en ti, querida hoja de papel, lo que sentía o, lo que sencillamente me apeteció.

lunes, 2 de febrero de 2009

Gatitos =>

Una fan de Alejandro Fernández puso este vídeo en un foro en el que participo y me apeteció compartirlo: