(Gustavo Adolfo Bécquer)
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Letras, letras,
palabras que me vienen
a la mente;
y tinta y hojas,
hojas que acarician
mi mano
suavemente,
con un susurro
de encanto,
con una magia
de ensueño,
con un rumor
de vida.
No tengo un porqué para este blog. Nació y está aquí. Procuraré cuidarlo y guiarlo, para que se haga un blog de provecho, un rincón con el que sentirse a gusto.
Letras, letras,
palabras que me vienen
a la mente;
y tinta y hojas,
hojas que acarician
mi mano
suavemente,
con un susurro
de encanto,
con una magia
de ensueño,
con un rumor
de vida.
Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.
Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantautores
¿cantautores?
Yo veo mamíferos...
Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores
¡Aparejadores!
¡Como puede creerse aparejador un mamífero!
Miembros, si, miembros, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos...
académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.
Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras...
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos
nadie, al parecer, recuerda que es un mamífero
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.
Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.
Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas...
Yo veo mamíferos
Jesús Lizano