viernes, 27 de junio de 2008

De la inspiración

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga «Levántate y anda»!

(Gustavo Adolfo Bécquer)
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Letras, letras,

palabras que me vienen

a la mente;

y tinta y hojas,

hojas que acarician

mi mano

suavemente,

con un susurro

de encanto,

con una magia

de ensueño,

con un rumor

de vida.

(G ;) )